Louis Armstrong era mi profesor de pintura. Yo tenía una angustia muy fuerte, una tristeza muy profunda.
Y quería pintarla.
Ante mí tenía un afiche blanco, con un dibujo en colores muy tenue, casi imperceptible.
Y yo no quería usar color negro para pintar mi angustia, mi dolor. Entonces Louis me dijo que podía usar el violeta, así que comencé a llenar el afiche gigante con puntitos violetas.
Mientras, lloro sin parar. Y cubro el papel de puntitos violetas.
Y ése es mi dolor.
Patricia Hairabedian
No hay comentarios:
Publicar un comentario